Lo primero que debemos establecer es el objetivo a conseguir, el volumen que queremos llegar a oir en nuestro punto de escucha. Para ello calcularemos qué presión sonora debe llegarnos, con los puntos 1 al 4.
1. Nivel que te gusta poner la música
La conversaciòn normal está en una media de 60 dB y alguien chillando, o el ruido de una moto a nuestro lado, llegaría a unos 90dB. A partir de esta cifra existe riesgo de lesión auditiva progresiva, y más de un minuto a más de 100dB lesión permanente. Por otro lado, a partir de 90dB el sonido empieza a distorsionar en el oido al producirse los armónicoas aurales. La escucha a nivel alto estaría entre 80-85 dB y hasta 90 dB de máximo de manera contínua.
2. Tipo de música
A parte del nivel medio de escucha, según la dinámica de la música que escuchemos tendremos picos de 10 a 20 dB más. La música rock grabada suele estar bastante comprimidad, con unos +6dB de pico, pero podemos encontrar grabaciones con bastante percusión o de grandes masas orquestales que aumenten hasta +20dB el nivel medio de reproducción de manera puntual.
Por tanto tendremos 80-90dB de promedio, y unos 100-110 dB en pico máximo.
3. Horario de escucha
Para poder distinguir claramente una conversación esta ha de estar unos 10 dB por encima del ruido ambiente, y este en salas ruidosas es unos 70 dB. Por tanto con un nivel superior a 80 dB no tendríamos problemas. Seguimos pues con las cifras anteriores.
4. Tu edad (y sexo)
La imagen del abuelito con trompetilla se debe a la degeneración y pérdida de elasticidad del aparato auditivo, siendo progresiva y dependiente del sexo también.
En esta gráficas se puede ver esa pérdida por edades y cómo cambia con la edad el nivel confortable auditivo (nivel con el que preferimos una conversación).
En tu caso, no ponemos más decibelios porque no tendrás pérdida, salvo las que tuvieses por otros problemas auditivos o traumas acústicos previos.
Por tanto, necesitamos tener 80-90db de promedio con pico hasta 110dB, y para que el amplificador no llegue a su límite añadiremos un
headroom de 3 dB, por tanto:
80-90 dB de promedio, y unos 103-113 dB en pico máximo.
sigamos
5. La impedancia y sensibilidad de los altavoces,
La sensibilidad mide la eficiencia energetica del altavoz, qué proporción de los vatios eléctricos suministrados se convierte en presión sonora, y se expresa en forma de decibelios obtenidos a un metro del eje central del altavoz aplicando 1 vatio de potencia (realmente 2,8 voltios, lo que da un vatio a 8 Ohm de impedancia). Por lo anterior, para el cálculo inicial nos olvidamos de la impedancia, aunque luego volveremos con ella.
En tu ejemplo tenemos un
Sensibilidad o presión sonora de 91 dB a 1 m, y con dos altavoces 93 dB (al ser una medida logarítmica se aumentan 3dB)
6. La distancia a la que los escucharás
La onda de presión sonora es esférica, y la energía que tiene al inicio, según se expande, se va repartiendo por la superficie de esas nuevas esferas. Como el área de una esfera es 4 pi radio al cuadrado, tendremos que al duplicar el radio la siguiente esfera tiene una superficie 4 veces mayor y, por ende, la presión sonora disminuye a un cuarto de la inicial por punto de la superficie. Esta ley del cuadrado inverso (Intensidad final = I. inicial x (1/distancia
2)) se visualiza fácilmente
Si al duplicar la distancia se disminuye a la cuarta parte la cuarta parte la presión sonora, habrá que restar 6 dB a sensibilidad inicial si nos situamos a 2 metros (de 94 a 88 dB), y a 3m restaríamos 9,5 dB (de 94 pasaría a 83,5dB)
Presión sonora de 83.5 dB a 3 metros
Para calcular rápidamente la disminución de decibelios en razón de la distancia
7. De lo "viva" que sea la sala
La señal que oimos es la suma de la que directamente llega de los altavoces y de las múltiples reflexiones procedente de las paredes. Estas van atenuando el sonido, sino tendríamos una señal que nunca se agotaría, y esa absorción depende del material de las paredes, suelo y techo, las ventanas abiertas o nó, y el revestimiento de decoración que tengamos. Si no tienes moqueta ni paredes acolchadas ni enteladas, grandes cortinas ni tapices, o amplia librería, generalmente el sonido aumenta de 3-6 decibelios por esas reflexiones.
Pongamonos en lo menos (3 dB), y tendremos (redondeando)
con un vatio de potencia en estéreo 86 dB de presión sonora a 3 m.
Ahora, para llegar a esos 90 dB de promedio máximo tendremos que ir duplicando la potencia y sumando 3 dB cada vez:
2 w---------89dB
4 w---------92dB
y con algo menos de 3 vatios llegaríamos a ese nivel de 90dB. Sorprendente la poca potencia que usamos en niveles amigables ¿verdad?
pero para conseguir esos 103 a 113dB de pico que hablábamos, necesitaríamos 50 y 520 vatios respectivamente, y esto último son palabras mayores.
Por tanto, si el nivel que eliges de escucha promedio es bastante alto (cerca de esos 90 dB de media) y pones música con grandes cambios de dinámica el amplificador ha de ser muy musculoso, si por contra el sonido que utilizas es más amigable para tus oidos (te sitúas en 85 dB) y los vecinos (ajuste del volumen para que los cambios de dinámica no superen +18dB), con 60 vatios por canal tendrás suficiente.
Como la eficiencia de los amplificadores A/B es del 40-45%, para conseguir esos 60 x 2= 120 vatios, el AVR que elijieras
habrá de consumir unos 300 vatios.
Como tu AVR consume 620 vatios y ofrece 100w RMS en estéreo,
podrás obtener hasta 108 dB a tres metros de distancia con dos altavoces, y en picos posiblemente se pueda acercar a 110 o más dB con algo más de distorsión.
Por lo que tienes potencia de sobra para una distancia y condiciones de escucha habituales.
Y ya dije que no era breve