Kef reference
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MUSICAL FIDELITY M6 500I + KEF REFERENCE 201/2: LA DESAPARICIÓN
Introducción
En esta nueva review, vamos a evaluar un equipo de origen y carácter británicos con una combinación de probada solvencia:
Musical Fidelity M6 500I + KEF Reference 201/2
De entrada, decir que ambos componentes, sin ser exactamente el tope de gama de sus respectivas marcas, sí representan la esencia conceptual y el equilibrio general que es capaz de ofrecer el High End inglés en su máxima expresión. Por eso, mis expectativas al iniciar la audición, eran muy altas. Veremos en qué queda todo esto.
Para realizar la review, disponemos de una sala de 24 m2, bien acondicionada y con una iluminación tenue que nos ayudará a concentrarnos en la música. Vamos a utilizar la habitual batería de cd (jazz, flamenco, fussion…) que vamos a reproducir en un conjunto (separado) de transporte y DAC de Musical Fidelity. Todo ello con cableado Inakustik Reference. Todo el conjunto, sin contar el mueble italiano MUSIC TOOLS, tiene un PVP alrededor de los 15.000 euros. Es decir, bastante por debajo de equipos considerados de referencia absoluta.
Por ser sobradamente conocidos, no voy a detallar las características técnicas de los modelos a analizar. Simplemente, cabe destacar el enorme volumen (es grande, alto y pesado) del amplificador y el excelente acabado en negro piano de los monitores, que tienen un curioso puerto bass réflex en el techo de la caja. Ambos elementos son de diseño continuista con la estética corporativa de las dos marcas y transmiten, a la mirada y al tacto, la exclusividad que se les presupone.
Las cajas acústicas se desembalaron el mismo día de la audición. La falta de rodaje se notó en un mayor encorsetamiento de los graves, que a pesar de ser secos y contundentes no llegaron a la profundidad que sabemos que es capaz de ofrecer este monitor KEF de la serie REFERENCE. En cualquier caso, es una apreciación sutil que se fue diluyendo conforme avanzaba la escucha.
Audición
Empezamos la audición con Don Cherry en Art Deco (1.998). Los 500 W por canal del Musical Fidelity comienzan a fluir tranquilos y nos colocan a cada músico del cuarteto en su posición. El saxo de James Clay impone su timbre taimado pero franco a la vez, con una presentación holográfica que casi nos sorprende. El estudio de grabación no es muy grande, pero los músicos no se están quietos del todo y se desplazan según avanza la melodía.
Seguimos con el directo de Patricia Barber Companion (1.999). Ahora estamos en un club de jazz de Chicago, mientras nos tomamos una Stella Artois. Muchos de los temas ya los conocemos de anteriores discos de estudio y no nos cuesta seguirlos pese a alguna pequeña improvisación de la voz o los músicos. El local está lleno de humo y la oscura y enigmática voz de la Barber nos envuelve y nos atrapa ya sin remedio. Empieza la evasión…
A nuestro pesar, cambiamos de escenario. La cantante, bajista y multinstrumentista Me’Shell Ndegéocello nos solaza los sentidos en Peace Beyond Passion (1.996). El ritmo cambiante y el juego de percusiones de diferentes timbres y texturas nos exhiben la precisión alcanzada en la grabación. Nos dejamos transportar por la espectacularidad de la música como si nos hubiéramos montado en la atracción de un parque temático. Si esto no es la perfección, se aproxima mucho…
Vamos, finalmente, a escuchar al guitarrista valenciano Ximo Tebar (Steps, 2.009) en su personal interpretación de Pink Panther. Aparece la batería atrás, en segundo término pero muy insistente, ligeramente desplazada nuestra derecha. A su lado, el bajista Boris Kozlov no quiere ceder protagonismo en la sección rítmica. Pero, en realidad, es el propio Ximo quien marca el medio tempo con su be-bop y lidera la banda desde el frontal del escenario.
És un crack del jazz ibérico y newyorkino y lo sabe.
Llevamos casi dos horas de audición, disfrutando. El equipo de música que queríamos evaluar hace rato que ha desaparecido.
Conclusión final
Mi idea original al hacer esta review era la habitual de siempre: ir encontrando aspectos destacables y explorar con mis cd los límites de los aparatos. Lo que ha ocurrido realmente es que, a medida que íbamos sumergiéndonos en la música, nos olvidábamos de la electrónica. En el fondo, creo que no hay mayor elogio hacia un equipo que éste. No obstante, para aquellos que quieran ir un poco más allá profundizando en el carácter de MF + KEF, diré que estamos ante un sonido más musical que analítico, con una escena impecable, real y muy viva. Pese a la apabullante potencia ofrecida, predomina la calidez y la contención antes que el músculo. La separación de canales y/o de instrumentos es muy buena, pero sobretodo, y eso es lo importante, muy natural. Resumiendo, la combinación Musical Fidelity M6 500I + KEF Reference 201/2 merodea el perímetro de la referencia absoluta, pero, por encima de todo, es sobradamente capaz de transportarnos y hacernos sentir la emoción de la música.
Manel Segarra