Que
gran verdad la que has expuesto, brother oso.
Pero es que uno ve a sus cacharrines y se pone sentimental...y además no se rompen, como bien dices...
Eso sí, los más modernos se rompen con más facilidad, como canto a su obsolescencia programada..
Lo cierto es que hay que mentalizarse y "soltar lastre"... pero...¿quién va a querer algo obsoleto .. más de lo que lo hemos querido nosotros?
En mi caso, he hecho lo siguiente; después de identificar en mi ámbito más cercano personas que, por una u otra causa, padecen problemas económicos (una terrible epidemia que se extiende por nuestro país), simplemente los he regalado, sabiendo que les darán un uso que yo ya no puedo atribuirles.
Hasta el momento, jamás he vendido un aparato que ya no use; lo he regalado. Y es una experiencia que repetiría sin dudarlo un instante. Económicamente es ruinoso, pero la vida es mucho más que eso. O debería serlo.