Bueno, después de varias incursiones en el videoclub, al final he podido ver Zatoichi, mi asignatura pendiente con Kitano.
En principio decir que no me gusta nada Kitano. Lo veo un director totalmente sobrevalorado, con el beneplácito de la crítica y de gran parte de su público, que no encuentra nada perjudicial en sus producciones. En mi opinión, la mayoría de sus películas son treméndamente aburridas, llegando en ocasiones al sopor. Al menos casi todas las que he visto. Y he procurado empaparme bastante con películas. Tal vez haya sido el momento de verlas, la predisposición o el cansancio, pero a mí me resultaban interminables.
Todavía tengo que ver algunas de sus películas más significativas, pero por el momento, mala cosa.
Eso si, Zatoichi me ha gustado. Y bastante. No ya porque rompe con esa lentitud que me ha parecido ver en su obra, sino porque la veo una película original y diferente. Logra juntar el ánime con la realidad de una manera impresionante (y eso que yo de anime poco, poco...) y te mantiene enganchado toda la película. Hay momentos en que dudas si estás viendo al ciego samurai encarnado por Takeshi o es símplemente un dibujo animado de la factoría oriental. La originalidad y el ritmo son destacables en la última película, lo que me anima a completar el ciclo que comencé hace un tiempo de este director.