En mi humilde opinión, toda instalación de proyección que no sea fija está destinada al fracaso.
Ya se que al principio con la ilusión pensarás que voy de sobrado. Pero es que no te imaginas el engorro que supone sacar la pantalla, tirar los cables por en medio del salón. (corriente, vídeo, audio...) Después has de cuadrar el proyector con la pantalla, que no es gran cosa, pero es una más.
Y al final por tal de no tener que aguantar a la
wat con lo de siempre: Ya están los cables por medio otra vez! No quiero ver esos cables mañana aquí, etc etc. Acabarás por no sacarlo del armario.
Se trata de convencer a la
wat de que la forma más limpia práctica, cómoda, útil, aconsejable y bonita de proyectar es con una pantalla de techo eléctrica y el proyector con un bonito soporte (dices que no lo puedes colgar, pero tengo mis dudas) y toooooooodos los cables recogidos en canaletas a juego con la pared. De modo que cuando quieras ver una peli solo has de darle al play y abrir la cerveza.