Las Opticon 6 han sido todo un acierto.
En música clásica he de acostumbrarme a la diferencia de timbre y agudos que tienen respecto a mis 3 vías setenteros, pero no desmerecen.
En jazz los encuentro perfectos, equilibrados y donde son la leche es en rock.
Dios mío! Whole lotta love a partir del minuto 1:30 desvela sonidos que no sabía estaban ahí, lo mismo con Child in time.
Para opinar del rendimiento en cine esperaré a recibir el Opticon vokal que está en camino.
S2.