Artículo interesante
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Hola a todos, pongo a continuación un artículo interesante sobre los parámetros a tener en cuenta en los nuevos paneles de TV que puede despejar dudas a más de uno *
"Actualmente, podemos comprar un televisor de plasma o de LCD de 42” por el mismo precio que un buen TRC de 32” tenía hace apenas unos pocos años. ¿Ha evolucionado tanto el mercado como para que lo que ayer valía 6.000 euros ahora se pueda conseguir por sólo una cuarta parte? Evidentemente no. Cuando los analizamos un poco o simplemente observamos sus especificaciones técnicas, encontramos numerosas diferencias en lo que, a simple vista, parecen dos modelos exactos. Que éstas justifiquen la enorme diferencia de precio es otro tema, que normalmente queda dentro del plano subjetivo.
Definición o resolución
A grandes rasgos, todos los televisores se pueden dividir en dos amplios grupos: los de resolución estándar y los de alta definición. Los primeros son los que presentan una resolución nativa de entre 480 y 576 líneas. Los segundos son los que empiezan a partir de 720 líneas. En Europa utilizamos como estándar de televisión (o señal de vídeo) el PAL, capaz de alcanzar las 576 líneas de resolución. Esto hace que al adquirir un modelo de 480 líneas (“preparado” para el estándar NTSC, que es capaz de ofrecer como máximo esas 480) ya tengamos una sensible pérdida de calidad: la señal original debe “escalarse hacia abajo” a la resolución de 480.
NTSC y PAL fueron concebidos para una relación de aspecto 4:3 y para televisores de hasta 29” de diagonal. A medida que aumentamos el tamaño de la pantalla se hacen más evidentes las líneas en contra de la fluidez de la imagen. A 42” y en 16:9, tanto la señal NTSC como PAL pueden convertirse en un problema en cuanto a definición. Pero actualmente no es muy común el uso, como mínimo en nuestro país, de las señales en alta definición. Exceptuando algunos canales vía satélite, ni el Gobierno parece apostar directamente por una televisión digital terrestre “seria”, ni esperamos que el HD-DVD o Blu-Ray cambien nuestros hábitos a corto o medio plazo. Entonces, ¿por qué nuestro empeño en los televisores de alta resolución?
La mayoría de televisores de resolución estándar lo son a 480 líneas (vienen del mercado japonés y americano, que utilizan el NTSC como estándar). Si a mayor diagonal, más facilidad de observar artefactos, ¿qué mejor que escalar la imagen a una resolución superior para suavizarla? Es aquí donde entran en juego los procesadores de vídeo.
Mientras esperamos que la HDTV sea una realidad, lo único que podemos hacer es “engañar” al televisor con un escalado de la señal. Para ello es imprescindible que la circuitería de vídeo sea capaz de “convertir” las señales de resolución estándar a algo superior, pero sin que aparezcan nuevos artefactos o defectos. En realidad, a fecha de hoy dos televisores “casi” idénticos pueden presentar notables diferencias en este capítulo. Conociendo que en el mundo hay muy pocos fabricantes de paneles LCD y PDP, es fácil observar cómo en función de la electrónica de vídeo aplicada un televisor de la marca Y se ve mucho mejor que otro de la marca Z, aunque ambos recurran a exactamente el mismo panel. Normalmente, los que se ven bien son los más caros.
Los que acepten las restricciones de la señal PAL en teledifusión, pero exijan lo máximo en la reproducción de películas de vídeo, pueden optar por un televisor con una circuitería de vídeo convencional y elegir un reproductor de DVD-Video o un escalador externo únicamente para ver películas. A veces, esta combinación resulta más económica que elegir el mejor TV del mercado.
Hay un valor relativo a los paneles LCD que debemos tener en cuenta: la velocidad de respuesta. Una celda LCD es como una ventana que se cierra o se abre en función de la imagen que se vaya a visualizar. Pero esta ventana se puede cerrar y abrir a una velocidad u otra. Actualmente, un valor de 12 ms es considerado “normal”, pero hace que los objetos en movimiento a veces aparezcan borrosos. Los paneles LCD de última generación ya son capaces de rebajar este tiempo a los 8 ms, y los fabricantes prometen alcanzar, a medio plazo, los 6 ms, todo un reto.
El desentrelazado
Absolutamente todos los televisores de plasma o LCD deben desentrelazar la imagen de vídeo (a no ser que lo haga la fuente, como suele ser el caso de los más recientes reproductores de DVD-Video). Este circuito también presenta numerosas diferencias, aunque desde hace unos meses parece que se está estandarizando la opción propuesta por Genesis/Faroudja y su DCDi. Un mal desentrelazado convierte los movimientos suaves en tirones y los colores sólidos en manchas desiguales, por no hablar de la pérdida de bordes de los objetos que produce una falta de nitidez.
Brillo y contraste
Muchas veces los fabricantes suelen dar mucha trascendencia a alguno de estos dos valores en sus productos. La verdad es que son importantes, pero no tanto a fecha de hoy. Una tasa de brillo muy alta puede ser contraproducente: se debe conseguir un valor óptimo que permita reproducir en toda su magnitud los colores en ambientes iluminados sin llegar a cansar la vista al espectador. Por otro lado, sí es conveniente que el nivel de contraste sea lo más alto posible. Éste mide la diferencia entre el blanco más blanco y el negro más negro, aunque muchísimos fabricantes utilizan como negro el “irreal” que se consigue cuando se apaga el televisor. Todos hemos padecido los horrorosos negros de los LCD de primera generación, mucho más grises de lo que uno desea.
Definimos la escala de grises como los gradientes que existen entre el negro y el blanco. Cuantos mayores grises se reproduzcan, mucho mejor. Este valor está relacionado con la precisión en el procesado digital de la imagen, y 1.024 es un valor común en muchos visualizadores. Esto indica que hay 1.024 rojos distintos, 1.024 azules y 1.024 verdes. Si multiplicamos los tres valores tendremos la cantidad exacta de colores que nuestro panel puede reproducir, y aunque parezca un valor muy alto la verdad es que omite algunos colores. Claro está que todo esto es sobre el papel, pues en la realidad la conjunción del procesado, brillo y contraste ofrece otros resultados. Así, un panel poco brillante pero muy contrastado puede ser óptimo, aunque no cuando la luz ambiental es elevada; o si es muy brillante pero tiene poco contraste, seguramente los negros y primeros grises serán idénticos o la imagen tenderá a quemarse hacia el blanco.
El color
Curiosamente no existe una característica técnica que defina el color. El único juez son nuestros ojos, y para saber si realmente un televisor es capaz de ofrecer una buena paleta de colores sólo nos queda probarlo y estudiarlo. Durante esta prueba (que recomendamos realizar con un lector de DVD-Video bien conectado y con un disco que conozcamos) estudiaremos el comportamiento de los colores básicos, la escala de grises y los gradientes de color.
En el disco Digital Video Essentials podréis encontrar unas útiles cartas de ajuste para este propósito. En las tiendas suelen tener todos los televisores conectados a una degradada señal PAL de teledifusión. Ésta no suele ser nada adecuada para este propósito, puesto que el nivel de degradación de la señal original es nefasto.
Recomendamos pedirle al comercial conectar expresamente un lector de DVD-Video.
Conectividad
La verdad es que cuantas más entradas, mejor. Lo ideal es que disfrute de dos o tres conectores SCART (todos ellos compatibles RGB), entradas de vídeo por componentes (compatibles con señales en progresivo) y una entrada HDMI (compatible HDCP, y que, mediante adaptador, nos permitirá utilizar una conexión DVI). Si tenemos una cámara de vídeo digital o analógica u otra fuente “temporal”, puede ser interesante demandar entradas de S-Video y vídeo compuesto, aunque éstas suelen estar presentes en todos los visualizadores."