Hay casos documentados en los que la dosis de morfina administrada en Urgencias dobla las cantidades máximas fijadas como habituales en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del propio centro.
Una tabla resumen sobre 42 casos de 2002 y 2003 que elaboró la Comisión de Mortalidad reflejaba que hasta tres pacientes recibieron más de 10 miligramos/hora de morfina durante, respectivamente, 13 horas, seis horas 30 minutos y dos horas 50 minutos. Todos murieron. En dos de esos casos, los pacientes tenían 88 y 80 años, una edad lo suficientemente avanzada como para no soportar ese nivel de morfina, según médicos consultados por este diario.Además, siempre se mezclaba con más de 50 miligramos/hora de Tranxilium. La Comisión determinó que la pauta había sido excesiva.
Esa dosis es exactamente el doble del máximo que se administra habitualmente en la UCI del hospital, según otro documento que obra en poder de M2. En el mismo, se indica que la pauta de morfina oscila entre uno y cinco miligramos/hora.
En otros siete de los 42 casos, la dosis supera los seis miligramos/hora.Y siempre se mezclaba con Tranxilium y, en ocasiones, con Mizadolam.
El caso del Severo Ochoa ha extendido un manto de silencio entre los médicos que trabajan o han trabajado alguna vez en el hospital. M2 ha hablado con varios pero la tónica habitual ha sido evitar hacer ningún comentario, ni siquiera bajo compromiso de la más estricta confidencialidad. Algunos han confirmado, sin embargo, que varios médicos que trabajaban con Montes no estaban de acuerdo con sus métodos de sedación. Incluso, cuando el coordinador dejaba su turno, algunos bajaban las dosis o pedían el ingreso en planta de ciertos pacientes.