no sólo eso es un escándalo ,por supuesto minimizado por la generalitat en declaraciones de ayer en las que afirmaron que se salvaguardó la confidencialidad de los pacientes, sino lo es también el silencio informativo de los medios catalanes. Ni el periódico ni la vanguardia dicen ni pio al respecto siendo un atropello a los derechos de las personas. Que unas personas en una empresa privada se puedan estar cachondeando de que un paciente tenga incontinencia urinaria o padezca impotencia es una verguenza. Es un delito contra la intimidad de las personas y los representantes de los hospitales que han facilitado esa información tienen que ir al juzgado. Y todo por saber qué médicos escriben sus informes en catalán. Y aquí todos calladas. Lo que nos espera va a ser de órdago.