Dice Virginia Madsen en un momento de la película que el vino tiene vida propia dentro de la botella, que va creciendo con la fermentación hasta que alcanza su punto álgido y, a partir de ahí, entra en decadencia.
Este podría ser así a grosso modo el argumento de Sideways, una notable película en la que sus dos protagonistas, un escritor al que nunca publican nada y un actor fracasado, entran de lleno en esa etapa de decadencia a través de un patético viaje de una semana por los viñedos de California en plan despedida de soltero para celebrar la inminente boda de uno de ellos.
Sinceramente me la esperaba más monótona y algo aburrida, pero nada más lejos de la realidad. Obviamente no se trata ni mucho menos de una peli de acción, pero tiene un ritmo ágil y es muy entrentenida. Incluso cuenta con algunos puntos muy cómicos y en ocasiones resulta inevitable soltar la carcajada, así que a los que les guste ver en la gran pantalla algo distinto a los clásicos tiros, efectos especiales, intriga o acción esta es una pelicula que le encantará.
Chevalier ®