Gasolina y metralla, el juego de id Sofware que promete poner a los shooters patas arriba
Precursores en la acción en primera persona. Con un currículum a sus espaldas que incluye Wolfenstein, DOOM y Quake pocos dudan que cuando id Software habla en el género de la acción… sienta cátedra. Rage es su nuevo videojuego, y tras unos meses de preocupante silencio estamos preparados para contarte todo lo que necesitas saber sobre un juego que promete poner a los shooters patas arriba.
Hace ya más de dos años que llevamos a cabo nuestro
Primer Contacto con Rage, y desde entonces silencio. Silencio porque en id Software han sido tremendamente secretistas, silencio porque apenas se han hecho públicas imágenes o videos nuevos y silencio porque este ultrasecreto corporativo llevó hace unos meses incluso a especular con la cancelación del producto.
Ahora
id Software, quizá motivada por su reciente adquisición a manos de Bethesda Softworks, ha considerado que es un buen momento para vaciar
Rage de especulaciones y habladurías. Ha hablado alto y claro. Los creadores de Quake, Wolfenstein y DOOM no abrían una nueva propiedad intelectual desde hace más de diez años, si exceptuamos Orcs & Elves para DS, y con su nuevo videojuego pretenden contar con una ip inédita que sirva como abanderado para su nuevo e increíblemente ambicioso motor gráfico.
El
id Tech 5 camina de la mano con una jugabilidad de corte libre que promete romper barreras. Vehículos a toda velocidad, shooter en primera persona y cuidadísima ambientación postapocalíptica son las señas de identidad de su lanzamiento.
John Carmack y compañía amenazan con volver a dar en el clavo.
En la mejor tradición de Gordon Freeman o BJ Blazkowicz, nuestro héroe no habla. Seremos un protagonista anónimo y silente que, eso sí, se relacionará con otros habitantes del mundo de Rage para obtener misiones y recompensas.
El Principio del Fin
80 años después de que un asteroide arrase la tierra y acabe con la civilización humana tal y como la conocemos es cuando da comienzo Rage. ¿Cómo ha sobrevivido apenas un puñado de hombres a esta debacle? Gracias al
proyecto Eden, la piedra filosofal sobre la que pivota todo el universo argumental del nuevo videojuego de id Software.
El proyecto en cuestión, sabedor de que una catástrofe se avecina, tiene como principal característica la de construir una serie de arcas para enterrar bajo tierra, y en las que tendrán refugio grupos de doce personas cuyas capacidades especiales y características les harán idóneos para construir desde cero una futura sociedad.
Nosotros, como es natural, formamos parte de los elegidos, aunque los planes no acaban de salir del todo como estaba previsto. Ocho décadas después de la hecatombe un movimiento sísmico abre el arca en la que llevamos una eternidad encerrados, y nos despierta del criosueño mucho antes de lo previsto. Nada a nuestro alrededor resulta ser como pensábamos. Nuestros compañeros de “viaje” están muertos, y estamos totalmente perdidos sin forma de saber qué debemos hacer a continuación.
La personalización del vehículo se convierte en uno de los principales elementos identitarios de Rage. Los chicos de id Software han descrito su editor de bólidos como “una extensión del protagonista”.
Este planteamiento recuerda de alguna manera al de
Fallout 3, en el que abandonamos el Refugio 101 para ir a parar a un Yermo en el que no tenemos mayor indicación sobre qué pasos dar. En Rage la sensación es similar, y tras abandonar la cápsula de decidido aspecto futurista, nos encontramos ante un desierto de proporciones inusualmente vastas que podemos recorrer con libertad.
¿Cuál es ahora nuestro objetivo? La primera meta está clara, sobrevivir, aunque desde id Software todavía se muestran silentes a la hora de hacer público el leit-motiv de la aventura, el auténtico motor de la narrativa en forma de meta o enemigo que nos empuje a llevar a cabo una misión detrás de otra para dar con un final.
Y es que en Rage deberemos realizar abundantes misiones, trabajos y encargos para diferentes personajes, puesto que el dinero en su universo es un bien escaso. Lejos de utilizar el “vil metal” para comprar televisores o artículos de lujo como en nuestra sociedad actual, en el universo ideado por id Software éste se emplea para los artículos de primera necesidad: Los
vehículos y las
armas.
El Diablo Sobre Ruedas
Comenzaremos nuestra aventura con un vulgar y más bien débil
buggy con el que recorrer las dunas del desierto y los peligrosos acantilados del mundo de Rage. Sin embargo progresivamente iremos comprando nuevos
medios de locomoción, y pertrechándolos con blindajes, armas motores especiales… En id Software se prepara un
editor de bólidos sorprendentemente preciso y lleno de posibilidades, uno donde todos y cada uno de los elementos sean enteramente personalizables y que se codeará con el de algunos de los simuladores más serios de conducción, pese a su conducción de videojuego de acción.
A menudo deberemos decidir. Un ATV puede ser una opción muy rápida aunque muy poco resistente. Quizá sacrificando algo de aceleración con un Buggy podríamos tener acceso a mejores blindajes y a armas superiores.
Sin embargo en la primera partida no descubriremos ni mucho menos todo lo que el título da de sí en este sentido, y es que sólo habremos obtenido y/o desbloqueado un porcentaje ínfimo de los objetos y
armas que en realidad podemos obtener. Con esta medida en id Software pretende potenciarse la rejugabilidad, y es que al terminar la historia principal de la campaña podremos continuar jugando sin ataduras argumentales, y continuar completando
misiones secundarias y explorando para dar con más objetos, ropa y armas.
¿Nos interesa un vehículo personalizado en el que decidamos cómo disponer las armas, blindajes y motores? Hecho, pásate por el garaje y moldéalo a tu gusto. ¿No nos motiva en absoluto el Tunning postapocalíptico? Hecho, compra tu máquina ya terminada y no te molestes más. En id Software quieren ofrecer al jugador decenas de opciones a la hora de superar la aventura de una u otra forma, pero sobre todo lo que no desean es abrumar al jugador que desee acción directa.
Así pues comenzaremos con nuestro mencionado buggy al que podremos incorporar, por ejemplo, un par de ametralladoras en los laterales y con él empezar nuestra aventura arrasando a nuestros enemigos en carrera y convertirlos en bolas de fuego y amasijos de hierros.
Los coches que poseamos en nuestro garaje no sólo servirán para desplazarse del punto A al B del escenario, sino que también tendrán una importancia capital en las
violentas carreras que se llevan a cabo en el violento mundo de Rage. El empresario Jackie Weeks no tardará demasiado tiempo en ponerse en contacto con nosotros tras comprobar nuestra habilidad al volante, y nos propondrá correr para él en diferentes competiciones.
Estas
pruebas de velocidad se llevan a cabo contra otros corredores en zonas abandonadas del mapa habilitadas como circuitos. Durante estas carreras no deberemos estar únicamente preocupados de llegar primero y de los otros participantes que podrán dispararnos, al igual que nosotros a ellos, sino que también deberemos prestar mucha atención a los habitantes de estas zonas desérticas, sólo en apariencia. Los
moradores de las arenas son hostiles y no dudarán un instante en disparar contra nuestro coche. Reto extra.
Los enemigos de Rage son violentos y terribles, y en los niveles más altos de dificultad acabar con ellos será todo un reto. Sin embargo id Software ha tomado nota de los juegos de acción recientes proponiendo un sistema de regeneración de energía automático.
Apocalipsis Ahora
No obstante si bien el centro de atención del videojuego por su corte puede parecer el de la conducción y los combates a gran velocidad, las armas están lejos de limitarse a los vehículos, y es que la mayoría de estos
enfrentamientos tendrán lugar
a pie y con un arsenal de lo más improvisado y atípico.
Todavía no se han hecho públicas muchas defensas, pero ya se habla de un núcleo muy importante de armas de fuego de repetición y automáticas, pero también de otras algo más imprevisibles en un hipotético futuro como ballestas, palos, boomerangs, barras de metal, etcétera. La influencia de Mad Max parece clara en este sentido.
Sin embargo, y al contrario que en los anteriores videojuegos de id Software, el
arsenal cuenta con idénticas posibilidades que los vehículos, y es que ambos son plenamente personalizables. ¿El fusil que hemos comprado no es nada preciso a larga distancia? Incorpórale una mira telescópica que podrás comprar en cualquier tienda de armas por un módico precio. ¿Hemos encontrado una ametralladora muy potente pero complicadísima de manejar? Le añadiremos un estabilizador para optimizar su maniobrabilidad al disparar…
El videojuego está siendo creado con el pad en mente como elemento principal de control. En id Software confiesan que su mayor núcleo de público está en las consolas y quieren ofrecer un sistema de manejo a la altura.
Lo que se intenta con
Rage es que el usuario tenga más control que nunca sobre sus acciones y su forma de jugar, y qué mejor forma de hacerlo que con un arsenal que tenga el aspecto y posibilidades que el jugador desee. La mencionada ballesta es una buena muestra de ello, si somos amantes de la acción pura y dura de poco nos servirá esta arma, puesto que sus disparos se espacian mucho entre sí debido al tiempo de carga; no obstante si optamos por el sigilo será una herramienta para el asesinato ideal, ya que es capaz de acabar con los enemigos sin hacer ruido.
En un mundo futurista las armas avanzadas deben estar también a la orden del día, y la amalgama de
fusiles y rifles tremendamente futuristas serán una constante. Sin embargo los avances de la ciencia no tendrán su único reflejo ahí, ya que también contaremos con
ametralladoras auxiliares que podremos fijar en puntos determinados del escenario para que nos echen una mano disparando de forma automática a los rivales. Una vez más aquí entra en juego la personalización y las mejoras, debido a que cuando dispongamos del material necesario podremos incorporar unas patas mecánicas a la ametralladora para que ésta pueda moverse a su libre albedrío por los escenarios.
id Tech 5 es el motor gráfico de Rage. Sus principales virtudes son las de ofrecer un modelado detalladísimo de personajes, y simultanearlo con texturas impecablemente trabajadas y escenarios descomunales.
Hemos hablado de los concursos de velocidad que tienen lugar en el mundo de Rage, pero todavía no lo hemos hecho de otro tipo de competición, mucho más sanguinaria y desoladora. En el mundo futurista de Rage el entretenimiento televisivo ha alcanzado límites de degradación difícilmente imaginables, y el programa estrella responde al nombre de
Mutant Bash TV. En este deshumanizador formato televisivo se enfrenta a un ser humano contra hordas y
hordas de Zombies a lo largo de diferentes arenas con pruebas muy diferentes que deberemos superar para sacar algún dinero.
Rage empieza a tomar forma tras varios años de desarrollo, lo cual es una extraordinaria noticia. No veíamos un videojuego directamente creado por id Software desde DOOM3 del ya lejano año 2004, y el regreso de los gurús del shooter en primera persona es motivo de celebración. Esta violenta y desgarradora epopeya postapocalíptica se pondrá a la venta en
PC,
PlayStation 3 y
Xbox 360 en un momento que ni tan siquiera sus creadores se atreven a vaticinar… “con un proyecto tan grande sería imposible decirlo con precisión”, han declarado desde la cúpula del estudio. No todo podían ser buenas noticias, ¿no?