Las ayudas directas de 210 euros para alquiler del Gobierno de
José Luis Rodríguez Zapatero no sólo no convencen a sus potenciales beneficiarios -como demostraron el pasado sábado miles de jóvenes en los ayuntamientos de las principales ciudades españolas- sino que además desatan la proverbial picaresca ibérica incluso antes de que entre en vigor la legislación en la que se enmarcan, el Plan de Apoyo a la Emancipación y Fomento del Alquiler.
Como ya ocurriera con la vivienda protegida en régimen de compra, en el país que vio nacer
El Lazarillo de Tormes, ya hay quien se plantea cómo retorcer el Plan para sacar el máximo beneficio antes de que se ponga en marcha el 1 de enero de 2008. Es el caso de una pareja en la que uno de sus miembros cumple los requisitos previstos en el Plan y el otro no, porque posee una vivienda en propiedad. Como quiera que ni están casados ni registrados como pareja de hecho, él ha decidido alquilarle a ella la casa que ya comparten
de facto “y con los 210 euros mensuales, nos vamos de vacaciones”, afirman. Si lo que el Gobierno pretendía con esta medida era una solución habitacional y que aflorara una vivienda más en alquiler, éste no ha sido el caso.
‘Marketing preelectoral’
Menudean también aquellos que han decidido esperar a que el Plan entre en vigor para poner en alquiler su casa a jóvenes que cumplan los requisitos… pero 210 euros más cara. No en vano distintos agentes del sector han vaticinado ya un aumento de los precios por obra y gracia del Plan de Fomento al Alquiler.
Además, el Plan deja fuera a jóvenes con ganas de independizarse pero sin contrato, a mayores de 30 años no emancipados y a los realquilados que comparten piso porque sus salarios no alcanzan para alquilar en solitario. Es decir, en una casa compartida de cuatro habitaciones, los 210 euros mensuales o se prorratean entre cuatro, o se los queda quien ha firmado el contrato. Y es que las ayudas son válidas por vivienda, no por persona.
En consecuencia, las protestas al Plan
Chacón y a las propuestas del Partido Popular no se han hecho esperar en las calles. El pasado sábado en Barcelona, los jóvenes convocados por la Asamblea contra la Precariedad y por una Vivienda digna han calificado las medidas de “marketing preelectoral”. En Madrid, por su parte, han denunciado que, a escasos meses para las elecciones generales, “hemos asistido con vergüenza primero, e indignación después, a una subasta de promesas y medidas electoralistas, que han convertido un asunto tan importante en un bazar en el que todos juegan al quién da más".