Creo que nombrar a Bioshock, como juego del año, es el reflejo del declive consolero al que estamos sometidos.
Juego menos original y repetitivo que este, poco más podemos encontrar en el mercado. Su logro: Marcar las venas de la mano del protagonista.
Espero que empezemos a remotar el vuelo, y juegos como Bioshock, no sigan "rutinando" al sector consolero a la hora de premiar y demás.