no tratándose de una sala dedicada, si no de lograr un sonido ambiental muy decente, la solución es buena, y muy poco o nada intrusiva estéticamente
aparte de bares y tiendas diversas, he escuchado con cierta atención un par de salas de esa guisa: una, la sala de espera del dentista, donde el hilo musical suena de maravilla a volúmenes muy moderados (las revistas, en cambio, son infames, especialmente las de arquitectura, a las que parece muy aficionado, donde se perpetran unos volúmenes de hormigón armado que no hacen al caso); y otra, la de un colega que ha colocado un sistema similar en los baños y los dormitorios de toda la casa (por razones obvias del alicatado y otras lozas, suenan mejor los dormitorios, pero no sabría decir si el dictamen no tendrá que ver con que su señora está realmente estupenda y ciertas asociaciones de ideas sobre las que no quiero extenderme me impiden una escucha serena y ecuánime)
propicios