comparecencia verídica de verdad

Comparecencia verídica de verdad
En xxx, en el Grupo de Extranjería y Documentación de su Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, siendo las xxx horas del día xxx, de dos mil seis, ante los funcionarios del mencionado Cuerpo, titulares de los carnés profesionales números xxx, los cuales actúan como Instructor y Secretario, respectivamente, para la práctica de las presentes...
Comparecen:
Los policías xxx y xxx, adscritos al Ayuntamiento de xxx, de Madrid, titulares de los carnés profesionales números xxx y xxx, los cuales policías presentan dos partes de lesiones, en los que consta haber asistido a Waldemar xxx, de 23 años, nacido en Cali-Valle, Colombia, hijo de xxx y presuntamente de xxx, domiciliado en la calle Reyes Católicos, número xxx, de Alcalá de Henares, Madrid, de las siguientes lesiones: herida en la base del pene, producida por mordedura, de siete centímetros de longitud y dos centímetros de profundidad, con pérdida de dermis y epidermis de pronóstico grave.
Asimismo, el segundo parte que se acompaña hace mención a Juana xxx, de 32 años, nacida en Buga, Valle, Colombia, domiciliada en la calle Reyes Católicos, número xxx, de Alcalá de Henares, Madrid, la cual ha sido asistida de las siguientes lesiones: herida contusa en la base occipital derecha del cráneo, precisando treinta y cinco puntos de sutura, y escalpado del cuero cabelludo en la mitad del cráneo de pronóstico grave.
Dicho lo cual y de lo cual se adjuntan los documentos suficientes y las acreditaciones exigidas por la ley procesal vigente, los antedichos dicentes y en relación con la dicha presentación...
Manifiestan:
Que sobre las quince horas del día de la fecha, cuando apatrullaban (sic) por la calle Magdalena de esta localidad, concretamente a la altura del número xxx, vivienda unifamiliar, oyeron unos gemidos así como unos sollozos, sucesivos o alternos, que salían de la predicha vivienda citada toda ella. Sospechando intrusión de facinerosos o descuideros, decidieron acercarse y averiguar, siendo así que, tras poner la oreja en la puerta, uno de ellos pudo oír cómo alguien con voz débil gemía dentro, y otro más, también dentro y también con voz débil y entrecortada, pedía auxilio, por lo que ante tal petición, el compareciente, y tras acordar con su compañero, optó por desplegar una maniobra de entrada por penetración de baja intensidad, la cual maniobra consistió en pegar una patada a la puerta, pero que no surtió efecto, de modo que el compañero adaptó la estrategia para surtirse de un elemento sólido de empuje, que fue una gran piedra de forma oblonga, situada a la misma entrada y a la manera ornamental, y con la cual piedra, esgrimida de ariete, embistieron ambos y lograron quebrar la cerradura, tras lo cual accedieron al interior de la morada, examinándola toda ella y con detenimiento en su superficie a lo ancho y en su altura a lo alto, y no encontrando elemento sospechoso ninguno, hasta llegar a la cocina, de donde parecían provenir los gemidos, observando allí a una mujer tendida en el suelo, la cual presentaba dos pechos a la vista por la abertura de blusa, una nalga desnuda y una gran brecha en la cabeza, y junto a ella, un varón en posición de cubito supino (sic), el cual varón, con los pantalones en los tobillos, se sujetaba el pene lastimosamente, con dos dedos y con una servilleta, ya que por el mismo le manaba una gran cantidad de sangre.
Que, ante tales hechos, y ante la gravedad de las heridas, concretamente la del varón, ya que no se le podía hacer un torniquete, pues se apreció que la herida estaba cercana a la base del miembro, no quedando espacio material para la citada maniobra, los dicentes optaron por introducir a los dos heridos en el vehículo policial, para trasladarlos urgentemente al Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, Madrid.
Que como quiera que la mujer había recobrado la conciencia durante el trayecto y podía hablar, se le preguntó que había ocurrido en su domicilio y quién o quiénes desalmados les habían producido las heridas a ella y al hombre que se encontraba en la vivienda, y por qué causas, si por robo o por delito de concupiscencia o por otro motivo, no contestando ella a dicha pregunta, de modo que el policía actuante insiste en que manifieste lo ocurrido, cosa que ella desestima, pero cosa a la que, al fin, llegando a las puertas del hospital, accede, siendo así que entre muchos y altos sollozos y tapándose la cara con ambas manos...
Dice:
Que trabaja como empleada del hogar en el domicilio citado.
Que sobre las doce horas del día de hoy, se ha personado el técnico de la televisión al objeto de reparar un video que la señora tenía estropeado.
Que el técnico ha empezado a arreglar el aparato y ha empezado a platicar con ella de diversos temas, observando ella que le miraba los pechos de una forma especial.
Que como quiera que se encontraba haciendo la comida a los señores, concretamente una tortilla de patatas, le ha dicho al técnico que él siguiera trabajando y que si la necesitaba la llamara.
Que momentos después el chico se ha presentado en la cocina y le dice que qué haces, contestándole ella que una tortilla, y que acto seguido el chico, con mirada libidinosa y palabras dulces le dice en voz baja en el oído que cariño, que qué guapa y que mi bonita, y que si mientras yo vigilo la tortilla que tú estás haciendo, mi linda, que por qué no me haces una felación, de forma que ante tal petición ella afirma que ella se ruborizó, pero que como el chico empezara a acariciarle los pechos y las nalgas, para quitárselo de encima y siendo además que era bien parecido y le atraía ella accedió a ello, poniéndose en cuclillas y sacándole el pene, el cual pene empezó a trabajar mamándoselo (sic) mientras el chico cumplía su parte moviendo la sartén con las patatas.
Que a los pocos minutos, en el momento que eyaculaba el muchacho y debido al gusto, entre grandes gemidos y convulsiones, él se vino en ella, pero parece ser que perdió la compostura juntamente con el dominio de la sartén, derramándose parte de las patatas y del aceite en que se hacían encima de su cabeza de ella justo en el momento en que ella lo tenía a él en lo profundo de ella, de modo que al sentir el quemazón juntamente con el miembro vertiendo abundantemente en el fondo de su garganta de ella, ella instintivamente cerró fuertemente su boca, porque como ha dicho le dolía la quemazón y para respirar también la imposibilitaba, al parecer ocurriendo entonces que el chico, al sentir el mordisco, y debido a la fuerza con que ella afirma haberlo dado, pensó perder allí el miembro, de modo que empezó a golpearla con la sartén en la cabeza para que soltara, cayendo así más patatas y más aceite, y que por ello precisamente ella apretaba más porque se quemaba y estaba aterrada, y que fue sin duda en uno de los golpes cuando ella soltó semi desmayada y el chico pudo retirarse
Que, al parecer ese y no ninguno (sic) es el motivo de las lesiones que presentaban ambos accidentados, pues posteriormente, tras una cura de urgencia, el chico confirmó por su parte todo lo dicho, con ligeras variaciones de detalle no afectas al caso.
Que ninguno de los interesados quieren presentar denuncia de los hechos ni contra el otro, ya que ella dice no tener papeles en regla y que sabe que el chico se casa el mes que viene y no quiere que se entere su novia, mientras que el chico dice que ya ni recuerda.
Que los dicentes no tienen nada más que manifestar, por lo que leída y conforme la firma en unión del instructor, de lo que certifico....


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