Igual que en las Olimpiadas de Río, ha bastado con presentar un mapa con las veces que en Europa del Este han organizado un mundial (ninguna) comparado con las veces que se le ha adjudicado a Europa Occidental (10 veces) para que se lo dieran a Rusia. Lo de menos es la viabilidad, las infraestructuras, la experiencia... y lo principal es conseguir más adeptos a la causa que generen más ingresos.