Recalificaciones del Barça:
Primera recalificación (1951). En aquella época el Barça contaba con un equipo ganador liderado por Kubala. El éxito de este equipo planteó la necesidad de ampliar el campo de Les Corts e incluso la posibilidad de construir otro estadio. Así, en septiembre de 1950 se firmó la opción de compra sobre unos terrenos situados entre las calles de Riera Blanca y Maternitat por algo más de diez millones de pesetas. El 11 de marzo de 1951 tomó posesión del cargo el alcalde Antonio María Simarro, que acordó la primera recalificación con el presidente Francesc Miró-Sans.
Segunda recalificación (1962). La temporada 1960-61 se había cerrado con una monumental deuda que hacía peligrar la estabilidad financiera del club a pesar de los ingresos que se habían obtenido con el traspaso de Luís Suárez al Inter de Milán. La única solución era vender los terrenos de Les Corts, donde se situaba el antiguo campo del Barcelona. El problema radicaba en que esos terrenos se consideraban "zona verde". El presidente Enric Llaudet se entrevistó con el alcalde José María de Porcioles para pedirle la recalificación y revaloración para la venta de los terrenos donde se situaba el viejo campo. Tras muchas presiones, el 4 de agosto de 1962 el pleno municipal aprobó la recalificación que sacaría al Barça de su crisis financiera. A cambio, el club cedió al ayuntamiento mil metros cuadrados en la Travessera de Les Corts y premió al alcalde Porcioles nombrándolo soci d’honor.
Tercera recalificación (1965). La decisión del Ayuntamiento de recalificar los terrenos de Les Corts fue paralizada por diversas entidades, que interpusieron varios recursos. Ante estos obstáculos el directivo Joan Gich usó su amistad con Torcuato Fernández-Miranda para que el mismísimo Consejo de Ministros franquista diera el visto bueno al asunto el 13 de agosto de 1965. El mismo Franco firmó el decreto 2735/1965, que se publicó en el Boletín Oficial del Estado del 23 de septiembre de ese año, por el que se aprobaba "el cambio de uso de una zona verde" que afectaba al viejo estadio del Barça. En 1966 el F.C. Barcelona vendió estos terrenos por 226 millones de pesetas de la época.
Cuarta recalificación (2000). La recalificación más reciente la autorizó el ayuntamiento de Sant Joan d’Espí (Barcelona), donde el Barça levanta su Ciudad Deportiva. El consistorio recalificó esos terrenos permitiendo que una parte no se destine a uso deportivo, como estaba calificado originalmente. En este terreno se proyecta levantar tres edificios de 17 plantas uno y dos de 10 pisos, que albergarán un hotel y oficinas, y cuya explotación irá a cargo del Barça. Con esta nueva recalificación el club espera sufragar gran parte de los gastos de construcción de la Ciudad Deportiva, en otro favor de un ayuntamiento democrático al club blaugrana.
No es sin embargo, la primera vez que el Real Madrid y el Barça realizan una operación de venta de su Ciudad Deportiva. De hecho, en los años 30, Santiago Bernabéu tuvo que conseguir de los socios los avales económicos suficientes para la edificación del estadio de Chamartin, que tendría su inauguración en 1947, pero en ningún momento, y esto es llamativo, dentro del organismo que en aquella época controlaba el sistema económico de España se encontró un archivo de denuncia por parte del Fútbol Club Barcelona. El Barça, por su parte, intenta realizar una operación parecida a Les Corts en lo que se conocía como el Proyecto Barcelona 2000 que a pesar de las oscuras maniobras del FCB y del gobierno nacional-socialista para que sea llevado a cabo, no ha podido realizarse gracias a las movilización ciudadana. El escándalo había alcanzado tal grado que incluso el Ayuntamiento de Barcelona y Cataluña avalaban el presupuesto necesario del Barcelona para realizar su nueva ciudad deportiva como se estipulaba en un contrato firmado en 1998 entre José Luís Núñez y Joan Clos, alcalde de Barcelona.
Esto nos llega a una conclusión: la operación de la Ciudad Deportiva del Real Madrid se llevó a cabo, meditante la subvención en cuanto a sus derechos de venta por parte de empresas privadas, pero en ningún momento por parte de los gobiernos municipales, autonómico o del Estado. Pero
la operación de Les Corts en los 60, si contó con la subvención de derechos por parte del gobierno de Franco, y en el intento de la misma operación en el año 2000, José Luís Núñez firmó un convenio para un aval del mismismo ayuntamiento sobre la ciudad deportiva del Fútbol Club Barcelona. Expresado con otras palabras: el Ayuntamiento de Barcelona hubiera dado dinero público, que en la mayor parte proviene de impuestos que pagan los ciudadanos de Barcelona. Y de hecho los ciudadanos de Les Corts llegaron a manifestarse en contra de la operación del 2000. Ese dinero que diera el Ayuntamiento de Joan Clos hubiera ido a las manos del Fútbol Club Barcelona, por lo cual hubiera sido favorecido por un sector político pero no privado. Bien es cierto que también vecinos de Madrid se han quejado u opuesto sobre la operación de la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Pero en su mayoría, esas quejas no se traducen a un favoritismo del gobierno o del Estado, sino de las posibles impedimentos o perjuicios que en un futuro podría dar la nueva Ciudad Deportiva.