Rossi es el primer interesado en que Lorenzo se vaya de Yamaha y ya planea, en caso de que el español se decante por Honda, repescar como compañero de box a Edwards. El estadounidense tiene mucha experiencia (35 años) y es un gran probador, algo que sabe de primera mano el italiano, porque ya lo tuvo como dócil compañero entre 2005 y 2007. El que fuera Tornado de Texas en las Superbikes, donde conquistó dos títulos, fue esos tres años el conejillo de indias particular de Rossi, desarrollando las nuevas piezas de la M1 para él y metiéndole rara vez rueda. Fue así hasta que Colin pasó al Tech3 cuando Lorenzo dio el salto a MotoGP (2008).
El mallorquín no ha aceptado nunca ese rol, ni lo aceptará, y su entorno ya conoce las intenciones de Valentino. Por eso no ha sorprendido que se inmiscuyera en sus negociaciones con Yamaha como lo hizo tras ganar en Alemania.
El octacampeón dijo que Lorenzo no podía compararse con él a la hora de negociar su renovación y que, mientras él siga, será él y no otro el número uno de la marca. Yamaha también parece tenerlo claro porque ya ha dicho que no tirará la casa por la ventana por retenerle y a su favor juega tener en la recámara otra baza de juventud y talento: Spies, ídolo en SBK.
En el tiempo que Lorenzo lleva como oficial Yamaha, ya ha sentido algún agravio entre ambos pilotos. El año pasado tardó más carreras más que Valentino en recibir una pieza nueva para el motor, y este año él ha estrenado el nuevo embrague para su M1 en Alemania, cuatro carreras después que Rossi (Montmeló).
En Sachsenring también se dijo que pudiera ser que el motor de Rossi tuviera un cigüeñal nuevo que no incorporaba el de Lorenzo, pero el italiano aseguró que sus motos "eran idénticas".