Emilio Pérez de Rozas | 04.09.2011 | 04:05h
Vamos a ser malos. Pero malos de verdad. A lo José Mourinho. Es decir, dejémonos de hipocresías, como dice el `santo¿ varón portugués, ídolo del madridismo, sostén de Florentino Pérez, manager, entrenador, director deportivo, portavoz, defensor y modelo a seguir
(mejor, dedo a seguir) por los madridistas más ultras .
Y vayamos al grano, al meollo de la cuestión. Hay lugares, especialmente en el kilómetro 0 y en el entorno capitalino donde, ni siquiera la `desaparición¿ de uno de los más grandes instigadores que ha parido el periodismo patrio, Eduardo Inda -que pronto reaparecerá, me cuentan, en la madrugada tras su desafortunada aventura patrocinada y auspiciada por PJ- parece haberles saciado el hambre de interpretar el mundo, afortunadamente solo el mundo futbolístico, a su manera. Sabido es que lo del dedo fue obra, como no, de Tito Vilanova. Fue el ojo del técnico azulgrana el que persiguió la yema del índice, acusador, cobarde, agresivo, pandillero, camorrero, de `Mou¿. Ya lo decía la nota del Madrid. Hubo vejaciones, insultos y agresiones. Y el madridismo, incluso buena parte del periodístico (no, no, tranquilo Carazo, no hablo solo del que fuera nuestro admirado `Josevi¿, no; o no solo de él), se apuntó a todo, una vez visto que la batalla del último clásico no iba a cobrarse víctima alguna. Por lo tanto, hay libertad para cualquier cosa, incluso para agredir.
Pero, verán, es ahora cuando emerge la hipocresía que tanto denuncia `Mou¿ y aparece, vaya hombre, que curioso, la viga en el ojo propio. Y es que, aunque desde Barcelona sea difícil de entender, al menos en la medida que ellos lo proyectan, en cuanto reaparece `La Roja¿, ellos, todos, se transforman. Y, a los problemas que ya tienen (ya saben: la inmensidad del Barça, la imagen del `més que un club¿, su amor por la cantera, por el buen fútbol, la creación, mantenimiento y perfeccionamiento de un estilo envidiado en todo el mundo ¿que lo sepas, CR7, eso es lo que envidia la gente-, el grupo humano que forman, su discurso, su buen estilo y Pep Guardiola, claro), se suma el hecho que cuando Vicente del Bosque alinea mayoría blanca, España pierde 0-2 y cuando suma culés, remonta 3-2.
Pero, como casi siempre,
se les puede pillar en un montón de renuncios, van y elogian, convierten en épicas, las marrullerías que unos y otros practican vestidos con la camiseta de España frente a Chile. ¿Por qué?, que diría `Mou¿. Porque eso, según ellos, es hacer equipo, patria y demostrar su unión. Lamentable... Cuando defienden a Iniesta del chileno Vidal son unos héroes; cuando defienden a Cesc de Marcelo, puros villanos. Demasiado hipócrita como para creerles. Ni en esto, ni en nada.