Creo que está bien tener tanto ciertas creencias y a la vez algo de flexibilidad.
Alguien quiere ser una hoja al viento, que se deja llevar por donde le digan los demás? Tener que opinar necesariamente lo que los demás, por más que esté bien razonado, obviando razonamientos, sentimientos y convicciones personales en pro de ser "más receptivo"?
Yo creo que además se puede estar, en más de uno de los casos que has nombrado, a favor de dos posiciones que opones. Soy anti "uy que me va mal tener un hijo ahora, es mi cuerpo, pues lo mato" y antitaurino (más bien, antitorero). Soy trilingüe y estoy totalmente opuesto a lo que llamas bilingüismo, pero no por el concepto, sino por su realización en la vida institucional local. Soy anti gafas-de-pasta y más desde que mi mujer se compró unas nuevas que me dan la sensación de estar casado con Buenafuente (qué impresión oiga).
A lo que hay que llegar es a un nivel de comunicación claro y adulto, evitando los malos entendidos, los "yo más" o "tú más" y los insultos. Es que si no partimos desde esa base... todo lo que digamos tendrá un fundamento muy poco estable, literalmente.