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Aprendedor
Para que un televisor haga su trabajo correctamente debe ajustar la señal de entrada con dos parámetros importantes:
La luminosidad (brillo) y la luminancia (brillo de salida), ya que nuestro ojo no lo percibe de manera lineal.
A eso se le llama el factor de corrección de Gamma.
Se define mediante esta ecuación: L = V elevado a c. Donde L = Brillo, V = Señal de entrada y c = factor de corrección de Gamma.
En números absolutos, la relación entre el brillo y la luminosidad viene determinada por la ecuación: B = L elevado a 1 / 3.
De ambas ecuaciones, se deduce que la gamma debe ser igual a 3.
Y ahora, es cuando le toca al diseñador de cada tecnología optimizar de manera quirurgica la relación entre contraste y brillo en las distintas condiciones de luminosidad ambiental.
El plasma, por su propia naturaleza, está limitado a la luminosidad que pueden emitir sus catalizadores que no es mucha.
En condiciones de poca luminosidad hace ese trabajo muy bien. Pero no lo sometas a una mayor luminosidad ambiental, porque ahí, sencillamente, no llega.
En cambio el LCD, tiene muchos más recursos para un trabajo "todo terreno" en diversas condiciones de iluminación ambiental, para texto, imágenes fijas, procesado de fuentes RGB de diversa naturaleza, etc..
Lo cual no quiere decir, que esto sea un trabajo baladí, ya que para lograr esta pluralidad de funciones, se necesita toda una electrónica y soft correctores, dada la diversidad de condiciones, donde el equibrio entre brillo y contraste ha de mantenerse y la colorimetría tambien.
De ahí su mayor precio, proporcional a la mayor sofisticación de los procesadores de imagen y movimiento que cada marca y modelo incorporan.
Dicho lo cual, que cada uno elija la tecnología que más se ajusta a sus necesidades, en la que incluyo los respetables subjetivismos particulares.
Pero eso si, que la elección la hagan tus ojos.
saludos