Héroes

etsa la han anunciado hasta en la sopa, vaya publicidad

En más de una ocasión nos plantamos delante de la cartelera con serias dudas sobre que sala elegir; los grandes títulos de las últimas semanas ya están vistos, otro buen puñado de películas quedan descartadas de antemano, y las opciones restantes son francamente desconocidas y con vagas referencias de un artículo leído por encima en una revista, o aquel comentario que nos llamó la atención en el foro/web/blog de turno.

Pero curiosamente he de decir que la mayor parte de las veces en las que me he encontrado en esta situación he salido francamente satisfecho, quizás sea esa falta de referencias de lo que uno va ver, o de lo diferente de las propuestas que generalmente implica estas decisiones de última hora. Y este ha sido el caso de "Héroes", una fresca ráfaga de aire fresco que se agradece tras los exigentes títulos que hemos visto las últimas semanas.

Pau Freixas puede sonar a novel pero esta ya es su tercera película y está bastante curtido en diversas series de TV, lo que parece indicar que este proyecto busca una consolidación personal y además deja entrever unos buenos criterios comerciales.

No se puede negar que la película sea descaradamente generacional y que va a activar múltiples resortes emocionales de todos aquellos que nacimos entre 1965/1975, con una cuidada producción muy detallista en la que se dejan ver la bicicross, los bonys y tigretones, los frigopies y los dráculas o esos pequeños homenajes a "La historia interminable" o "Los Goonies", pero siempre se agradece este tipo de detalles, sobre todo cuando estamos inundados de películas anglosajonas que poco pueden aportar en este sentido.

El guión es de Albert Espinosa y plantea dos historias contadas de forma simultánea pero con 25 años de lapso temporal, la conexión entre ellas es evidente y gracias a un pequeño truco argumental esquiva los cánones habituales en este tipo de montajes. Una de las historias es la manida historia de iniciación y la nostalgia del final de la inocencia, pero se contrarresta perfectamente con otra historia en el polo opuesto que plantea la necesidad de frenar y echar la vista atrás para pode valorar en su justa medida el momento actual, y volver a recuperar sensaciones que creíamos perdidas.

La película arranca algo floja, sobre todo la parte retro; y uno piensa que va a ver un extraño mix entre "Los Goonies" y "Verano Azul". Pero una vez que se presentan los personajes, es agradable dejarse llevar por la historia y verse reflejado tanto en personajes como situaciones. El contrapunto de ambas historias elimina el exceso de lirismo nostálgico y nos hace emerger a la superficie para poder volver a coger aire y tomar las debidas referencias. Tampoco hay que buscar más allá de donde no hay, estamos ante unos héroes de lo cotidiano y el director sabe adaptarse a ello con mucha frescura, sinceridad y vitalismo.

Buen reparto en el que destacan Eva Santolaria y un potente Lluis Homar (omnipresente en TV y cartelera). Los niños son todos amateur por voluntad expresa de Pau Freixas, pero funciona muy bien la pareja protagonista formada por Ferran Rull y una prometedora Mireia Vilapuig. Comentar que la actuación de Àlex Brendemühl pierde mucho con un cuestionable autodoblaje del catalán al castellano, uno de los pocos aspectos que no se han cuidado adecuadamente.

Hay veces que el cine son emociones y ésta joyita puede ser una de ellas, sin duda es una película que sabe conectar con el público (Premio especial del público del Festival de Málaga) y que más de una persona agradecerá haber elegido ante tantas opciones de la cartelera.